La devoción a Nuestro Padre Jesús Nazareno

 

“Tomaron a Jesús, y él, cargando con la cruz,
salió al sitio llamado «de la Calavera»
(que en hebreo se dice Gólgota),
donde  lo crucificaron”.
(Juan 19: 17)

 


La iconografía de Jesús camino del Calvario llevando sobre sus hombros la cruz es la más difundida (después del Crucificado) de cuantas escenas conforma la Pasión de Cristo, calando profundamente en el pueblo cristiano, que en Jesús con la cruz al hombro encuentra una imagen cercana, a Jesús vivo en contraposición de Cristo crucificado y ya muerto. La primera representación de Jesús con la cruz al hombro data del año 350; se trata de un sarcófago del Museo Pio Clementino del Vaticano; en él se representa a Jesús cargando la cruz con el patibulum hacia arriba ayudado por el Cirineo.

Tras la Contrarreforma, en España alcanza esta iconografía su máxima expresión y muchas cofradías se crean para dar culto a Cristo cargando el madero, surgiendo así la devoción a Nuestro Padre Jesús Nazareno. En su difusión por Andalucía juegan un importante papel los Carmelitas Descalzos. San Juan de la Cruz fue muy devoto de la Pasión de Jesús, sobre todo de este pasaje que protagonizó una célebre visión en Segovia entre 1588 y 1591. Estando orando ante un cuadro de Jesús Nazareno, este le habló: “Fray Juan, pídeme lo que quisieres por estos trabajos que me has hecho”; a lo que el santo respondió: “Señor, padecer y ser despreciado”. Y así comenzó la última parte de la vida del santo, de sufrimientos y rechazos. 

       Antes ya había mostrado el santo su devoción al Nazareno, sabemos que participa en el encargo al escultor Pablo de Rojas de la imagen de la Cofradía de Jesús Nazareno de Granada. Los carmelitas alientan la fundación de cofradías celebres como la de Jesús Nazareno de Jaén o Baeza, y rápidamente se extiende por toda Andalucía. En el antiguo Reino de Sevilla, juega un papel fundamental la Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Sevilla, vulgo “El silencio”, cuyas reglas servirán de modelo a muchas de estas corporaciones.

La visión de San Juan de la Cruz supuso
un de punto de inflexión en la difusión de la
 iconografía y la devoción de Jesús Nazareno
por Andalucía.

Muy pronto la devoción a Jesús Nazareno cala profundamente en el pueblo, a ello ayuda mucho el carácter didáctico que adquieren estas imágenes que hacen conectar hondamente con los fieles: mediante el carácter didáctico y pedagógico que alcanzan las escenificaciones que en la mayor parte de las ciudades y localidad protagoniza, como las bendiciones, encuentros o caídas; los enfervorecidos sermones de Pasión que sus cofradías realizan; el hecho de procesionar durante la madrugada a diferencia del resto de cofradías; y el carácter milagroso que las rodea en muchos de los casos, convirtiéndola normalmente en la imagen cristífera más venerada del lugar.

Todos estos aspectos se vislumbran en el caso de Cantillana. La imagen cantillanera de Nuestro Padre Jesús encarna perfectamente casi todos estos rasgos, su cofradía continúa la estela de su homónima sevillana, protagoniza el Sermón de Jesús con los tradicionales pregones del Ángel y de la Sentencia de Pilatos, el encuentro con la Virgen del Consuelo y la bendición. Todo ello condiciona el carácter devocional de Jesús en la piedad de Cantillana, que da lugar a las rogativas, la ventana de su capilla, las promesas tras su paso y tantas manifestaciones de devoción en torno a la bendita imagen de Jesús Nazareno.