La iconografía de
Jesús camino del Calvario llevando sobre sus hombros la cruz es la más
difundida (después del Crucificado) de cuantas escenas conforma la Pasión de
Cristo, calando profundamente en el pueblo cristiano, que en Jesús con la cruz
al hombro encuentra una imagen cercana, a Jesús vivo en contraposición de Cristo
crucificado y ya muerto. La primera representación de Jesús con la cruz al
hombro data del año 350; se trata de un sarcófago del Museo Pio Clementino del
Vaticano; en él se representa a Jesús cargando la cruz con el patibulum hacia
arriba ayudado por el Cirineo.
Tras la
Contrarreforma, en España alcanza esta iconografía su máxima expresión y muchas
cofradías se crean para dar culto a Cristo cargando el madero, surgiendo así la
devoción a Nuestro Padre Jesús Nazareno. En su difusión por Andalucía juegan un
importante papel los Carmelitas Descalzos. San Juan de la Cruz fue muy devoto
de la Pasión de Jesús, sobre todo de este pasaje que protagonizó una célebre
visión en Segovia entre 1588 y 1591. Estando orando ante un cuadro de Jesús
Nazareno, este le habló: “Fray Juan,
pídeme lo que quisieres por estos trabajos que me has hecho”; a lo que el
santo respondió: “Señor, padecer y ser
despreciado”. Y así comenzó la última parte de la vida del santo, de
sufrimientos y rechazos.
Antes ya había mostrado el santo su
devoción al Nazareno, sabemos que participa en el encargo al escultor Pablo de
Rojas de la imagen de la Cofradía de Jesús Nazareno de Granada. Los carmelitas
alientan la fundación de cofradías celebres como la de Jesús Nazareno de Jaén o
Baeza, y rápidamente se extiende por toda Andalucía. En el antiguo Reino de
Sevilla, juega un papel fundamental la Archicofradía de Nuestro Padre Jesús
Nazareno de Sevilla, vulgo “El silencio”, cuyas reglas servirán de modelo a
muchas de estas corporaciones.
![]() |
La visión de San Juan de la Cruz supuso un de punto de inflexión en la difusión de la iconografía y la devoción de Jesús Nazareno por Andalucía. |
Muy pronto la
devoción a Jesús Nazareno cala profundamente en el pueblo, a ello ayuda mucho
el carácter didáctico que adquieren estas imágenes que hacen conectar
hondamente con los fieles: mediante el carácter didáctico y pedagógico que
alcanzan las escenificaciones que en la mayor parte de las ciudades y localidad
protagoniza, como las bendiciones, encuentros o caídas; los enfervorecidos
sermones de Pasión que sus cofradías realizan; el hecho de procesionar durante
la madrugada a diferencia del resto de cofradías; y el carácter milagroso que
las rodea en muchos de los casos, convirtiéndola normalmente en la imagen
cristífera más venerada del lugar.
Todos estos aspectos
se vislumbran en el caso de Cantillana. La imagen cantillanera de Nuestro Padre
Jesús encarna perfectamente casi todos estos rasgos, su cofradía continúa la
estela de su homónima sevillana, protagoniza el Sermón de Jesús con los
tradicionales pregones del Ángel y de la Sentencia de Pilatos, el encuentro con
la Virgen del Consuelo y la bendición. Todo ello condiciona el carácter
devocional de Jesús en la piedad de Cantillana, que da lugar a las rogativas,
la ventana de su capilla, las promesas tras su paso y tantas manifestaciones de
devoción en torno a la bendita imagen de Jesús Nazareno.